VISITA AL CAMPO

Leonor Nieto

 

Mi primo Alfredo me invitó a que viniera por unos días a su estancia. Llegué anoche muy cansada y hoy me levanté tarde. Mi primo ya había salido para ocuparse de asuntos propios del campo por lo que, después de desayunar salí a dar un paseo sola.

No había caminado mucho cuando llegué a un alambrado detrás del cual se veían muchos cueritos como el que había en mi cuarto de niña y sobre el cual jugaba con todos mis cubos, mi oso Pancho y algunas muñecas. Pero estos son bastantes más grandes que aquel.

Con sorpresa descubro que estos cueros se mueven y al acercarme más noto que no son planos, como mi cuerito. Parece que debajo hubiera algo.

Así que son montoncitos de algún material cubiertos por cuero. Ahora me recuerdan la campera de mi madre; “la campera de nonato” le decía ella. ¿Serán camperas? Pero ¿para qué iba a querer mi primo esa cantidad de camperas?

Me inquieta que de ellos surge un sonido extraño. El cuero-campera que está más cercano, emite un sonido que parece decir Muuu y los otros cueros responden todos a destiempo Muuu

Conclusión:son cueros encima de unos  bultos que pueden moverse y dicen Muuu.

Un grupo de ellos se acerca y me impresiona ver salir de debajo de los cuero-campera unas cabezas, cuatro patas y un rabo también cubiertos de cuero. Son como perros muy grandes, que en lugar de ladrar dicen Muuu. ¡Así que los bultos cubiertos de cuero son animales!

Uno se aproxima más al alambrado y me mira con unos  grandes ojos vidriosos. Mueve el rabo, dice Muuu y la cabeza se acerca al pasto; con su boca enorme arranca un puñado de pasto y lo mastica una y otra vez

Entonces: son animales grandes de cuatro patas, con rabo, todos de cuero, que dicen Muuu y que comen pasto.

Sin duda difieren mucho de mi cuerito de niña y de la campera de mi madre. Con alegría veo que llega la camioneta de mi primo y él desciende sonriente. Pronto el misterio será develado.