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LIMERIK
es un género organizado y codificado - el sinsentido. Es una composición poética muy conocida en el mundo anglosajón: consta de cinco versos, donde riman: 1ero con el 2do y el 5to, y el 3ero con el 4to.
Era un viejo de colina                  (define al protagonista)
de naturaleza fútil y cansina        (indican su característica)
sentado sobre una roca               (indican el predicado=¿qué hace?
cantaba coplas para una oca
aquel didáctico viejo de colina   (epíteto final, repite en parte el primer verso)
Una vez un doctor de Arequito
quería sacarle las amígdalas a un mosquito
El insecto se rebeló
y la nariz le pinchó
al amigdalítico doctor de Arequito.
LIMERIK
Celina Galeano
 
Se acuesta en paz el cielo
las nubes lo cubren con su velo
mientras caminamos
tomados de las manos
sonrosada de luz la paz del cielo
Era una noche
de sombras en el bosque
de pronto la luna
con su luz ilumina
la negra noche
LIMERIK
 
La gata estaba densa
como una cuerda tensa.
Reclama su comida
sin importar mi vida,
ay que gata densa.
El perro viejo y sordo
se está poniendo gordo,
no sabe si salir
o irse a dormir,
el perro viejo y sordo.
La puerta está cerrada
como si fuera herrada,
no entra el frío,
no pasa el río,
la puerta está cerrada.
La computadora está prendida
como una sierva rendida,
no se apagará jamás,
trabajará mucho más,
la computadora está perdida
Después de media hora
de rugir sin demora
nos da un descanso
y deja todo manso
para volver a otra hora.
Ligia Franco
LIMERICK
 
Adriana Fernández
 
EN BALNEARIO SANTA ANA
PARECE QUE NUNCA HAY NADA
PERO OCURRE DE REPENTE
QUE SE JUNTA MUCHA GENTE
Y TODO CAMBIA EN SANTA ANA.
Era una árbol viejo
de grueso tronco añejo
cobijaba aves en sus nidos
y al atardecer los trinos
en el árbol viejo.
 
Desde el ancho camino
en nubes de polvo te miro
vas apurada
la canasta pesada
hace largo el camino.
Los aviones sobrevuelan
el cielo todo estelan
con surcos venenosos
Cielos vergonzosos
los aviones ya no vuelan.
Era una botella
muy bella, muy bella
y entonces se cayó
y ella desmayó
ya no hay botella.
Me gusta la olla
para cocinar cebolla
picada bien fina
con parafina,
que asco, la olla
Mi nariz está helada
parece una celada,
me voy a rendir
me voy a dormir
Mi nariz está congelada.
Era un trueno espantoso
largo y tormentoso
resonaba en mis oídos
como en tiempos idos
Era un trueno famoso.
Rugen los motores
de aviones peores
éstos son letales
nos tiran metales
rugen los motores.
Trueno interminable
ruido insondable
larguísimo sonido
parece un ronquido
ruido abominable.
Tormenta violenta
con mucha polenta
ruge imparable
sigue incomparable
violenta tormenta
Era un trueno interminable
de una intensidad incomparable
rugía fuerte y rrorro
como un avión a chorro
era un trueno insportable.
Ruge el trueno sin relámpago
como si alguien hubiera pago
no la luz, solo el ruido
nada de ojo, solo oído
Ruge el trueno sin relámpago
SE TERMINA ESTE VERANO
Y ME GUARDO AQUÍ EN MI MANO
PIEDRITAS Y CARACOLAS
QUE LLEGARON CON LAS OLAS
DE LA PLAYA ESTE VERANO.
LIMERICK
Carmen Díaz Marcaccio
Juan el marinero
Salía a la mar en enero.
En el mar fumaba
Mientras el humo miraba.
Juan el marinero, sólo en enero
El malvado pájaro azul
Parado sobre el baúl,
Espera la noche
Para irse en coche.
Que se vaya, ese malvado pájaro azul.
Allá en el sur vive Antonio,
Un lunático del demonio.
Junta piedras en la boca
y las escupe una tras otra.
El lunático del sur, Antonio.
Es extraña Pachuca.
Tiene un ojo en la nuca
Para mirar a la luna.
Aunque siempre lo hace a la una.
Puntual y extraña, Pachuca.
A pesar de tí encuentro el horizonte.
Te alejas al norte.
Intento olvidar.
Pretendo navegar.
Y entonces, encuentro el horizonte. 
El Rey del ajedrez
Es adicto al jerez.
Camina lento.
Camina recto.
Un paso a la vez, el Rey del ajedrez.
(1)
La joven de labios carmesí
No puede decir que si
Piensa mucho en su futuro
Y en el no se encuentra Arturo
La indecisa joven de labios carmesí
(2)
Ese desalmado amante
Se olvida de los besos y de ese instante
Ignora a la dama que lo ama
Abandona su perfume en otra cama
El vacío y desalmado amante
(3)
El chico del piano
Bello y moreno
Con poca inspiración toca
Por la ausencia de aquella boca
El melancólico chico del piano
Cynara García
(4)
Era la mujer de ojos café
Que ya había perdido la fé
Inquieta esperaba la carta
De ese hombre que le encanta
La ilusa mujer de ojos café
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